Se recomienda cambiar la sal de mesa por la sal del Himalaya. A diferencia de la sal de mesa, la cual está muy refinada y mezclada con agentes antiaglomerantes como el carbonato de magnesio o el aluminosilicato de sodio, la sal del Himalaya está menos procesada y no contiene aditivos. Promueve un buen equilibrio del pH en las células, particularmente las células del cerebro.